JUEZ BALTASAR GARZON : UNA VIGOROSA BANDERA DE DIGNIDAD

Un pensamiento lúcido que readquiere importancia en esta América donde vivimos, época de la globalización y la resistencia a corrientes que aspiran a disolver nuestras manifestaciones culturales propias, para homogenizarlas y borrarnos la identidad. Pues la concepción de cultura y democracia esta cada vez mas interrelacionadas.

Hay que aseverar y reconocer que en la búsqueda de una ética global, la cultura interviene de muchas maneras, veamos interrogantes como:quienes somos, como nos relacionamos con los otros y con la humanidad en su conjunto, y cual es nuestro fin, estas interrogantes constituyen el núcleo central de la cultura.

La lucha por la cultura democrática de respeto a la vida humana y a los derechos humanos se ha convertido en los últimos años, en una vigorosa bandera de dignidad que flamea sobre la conciencia de los pueblos.

Es cierto que la barbarie y el atropello se han expandido con fuerza inusitada bajo las mas aberrantes teorías y concepciones despóticas, pero ha crecido la voluntad humana de enfrentarse a todo tipo de crímenes ejecutados al amparo de los Estados.

Se trata pues, de una categoría humana superior emprendida por el Magistrado Juez Baltasar Garzón en 1998, la persecución del delito criminal de Estado, del delito de genocidio, esto cuando todas las esperanzas y caminos de justicia parecían estar disueltos ante la desgraciada realidad del olvido y la impunidad habitual de los gobernantes.

Este hombre valiente hasta la temeridad, encarnando un sentimiento colectivo, tantas veces desdeñado y pospuesto, persiguió fuera de las fronteras nacionales la delincuencia y el genocidio basándose en diferentes tratados y convenios internacionales.

Como estableció ya hace muchos años nuestro decano de la democracia Juan Pablo Duarte,"EL CRIMEN NO PRESCRIBE".

Con sobrada razón el juez Garzón Real, ha dicho " En momento en que un juez tenga miedo de su propias decisiones ha de abandonar la carrera porque ya esta prevaricando ".

La cultura es liberación porque transforma y crea nuevos valores y el ideal de justicia es el único ideal superior al ideal de cultura. Solamente a través de ese proceso de cambio podemos influir decisivamente en el rumbo de la humanidad.