El día de Navidad es el 25 de diciembre, cuando se conmemora el Nacimiento de Jesucristo en Belén según los evangelios de San Mateo y San Lucas.
La noche buena ha de ser de los pobres, de los humildes, desde que Cristo fue, despreciado por los ricos que le cerraron todas las puertas, y fue a nacer en un establo, cuenta la historia.
Entonces, No puede haber amor donde hay explotadores y explotados.
No puede haber amor donde hay oligarquías dominantes llenas de privilegios y pueblos
desposeídos y miserables.
Porque nunca los explotadores pudieron ser ni sentirse hermanos de sus explotados y ninguna oligarquía pudo darse con ningún pueblo el abrazo sincero de la fraternidad.
El día del amor y de la paz llegará cuando la justicia barra de la faz de la tierra a la raza de los explotadores y de los privilegiados, y se cumplan inexorablemente las realidades del antiguo mensaje de Belén.
La fiestas de la Navidad, por ejemplo, se han transformado, de un acontecimiento religioso y familiar, en un festival de compraventas, viajes y regalos.
Actualmente, la Navidad es tiempo de gran actividad comercial e intercambio de regalos, reuniones y comidas familiares.
En los países de América Latina, de arraigada tradición católica, se celebra especialmente la Noche buena (24 de diciembre) con una cena familiar para la que se elaboran una diversidad de platos, postres y bebidas tradicionales.
En todo el mundo latino no hay una tradición más universal y que nos unifique e identifique tanto como la celebración anual de las festividades de Navidad. Su sola mención nos trae emociones, excitación y alegría, así como gratas añoranzas y la esperanza del re-encuentro con familiares desplazados y con amigos de siempre .
También se acostumbra asistir a la Misa del gallo y celebrar con cohetes y fuegos artificiales, que tanto daño y quemaduras a provocado en nuestra niñez.
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