Un mal hábito, que se está haciendo cultura en nuestra población, es cierto modo de conducir o guiar vehículos en la vía pública, cargado de agresividad y violencia, causante de lamentables muertes, mutilaciones y sufrimientos humanos.
A los conductores, chóferes y motoristas, les pedimos muy encarecidamente cultivar la paciencia, la cordura, la cortesía y el respeto a las leyes del tránsito, y así contribuir a evitar tantos lutos en la familia dominicana.
Lo mismo pasa con el humo contaminante de vehículos e industrias, y el problema del ruido generalizado de motores sin "muffler", radios y bocinas, a todo volumen, en barras, colmados y colmadones, manteniendo en zozobra, tensión y nerviosismo a la población dominicana, con lo cual se contribuye a la violencia, al desorden y a la inseguridad ciudadana.
Pues les invitamos a tener una valoración crítica, por parte de la sociedad, sobre ciertos componentes culturales, que nos llegan, o que subyacen desde tiempo ancestrales en nuestra propia cultura. De igual modo, invitamos a mantenernos vigilantes ante la violencia, inseguridad, trastornos psicológicos y espirituales.
Hoy más que nunca se hace necesario sumar esfuerzos para la creación de una cultura de la vida, basada en la dignidad humana, en la ética, la moral y los valores de respeto para con los demás.
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