No, nada llega tarde, porque todas las cosas
tienen su tiempo justo, Tu corazón y el mío
saben secretamente que no hay amor tardío.
Y hay un amor valiente y hay un amor cobarde,
pero, de cualquier modo, ninguno llega tarde.
No, yo no diré nunca qué noche de verano
me estremeció el escalofrío que tus manos transmitieron a mis manos.
No diré que esa noche, que sólo a ti te digo
se me encendió la sangre, oprimiendo con ternura toda mi existencia
y soñé contigo,
dormir entre tus colinas imperiales
y multiplicar tu aliento humedeciendo tu sexo.
Ahora, contemplas mi logicidad,
Mi caos,
Porque descubrí que mi vida simple
Quiere complicarse...
Porque me gustas.
Porque aunque nadie sabe lo que a nadie le digo,
la noche eterna es corta para soñar contigo.
JFJ
Junio 2009.
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