Se trata en suma de una actividad que se origina en varias direcciones, desde dentro de las oficinas públicas y desde afuera, sin embargo los mayores beneficiarios son aquellos particulares, que desarrollan sus actividades, con la finalidad de evadir las leyes y procedimientos para obtener beneficios personales y aumentar sus utilidades de las relaciones directas o indirectas que mantienen con el gobierno de turno. Uno de los aspectos principales y que es el blanco favorito de estos señores, lo constituyen las compras que realiza el estado y para ello se valen de un sinnúmero de actividades, dirigidas fundamentalmente a la obtención de información previa sobre precios oficiales, características de los actos, oportunidad de los mismos, colaboración en la calificación de las propuestas, así como en la recepción de artículos con características inferiores a las solicitadas, e incluso en la participación fraudulenta en los actos públicos, mediante la participación de varias empresas de un solo propietario en los actos.
Como podrá observarse, se trata de un conjunto de actividades que se realizan en las sombras y que en muchas ocasiones no pueden ser detectadas con facilidad. Entonces planteamos una lucha integral de toda la sociedad en contra de ese malvado flagelo, con carácter permanente y múltiple, y que hay que desarrollar en varios planos al mismo tiempo. Hay para ello, que elaborar una política de promoción y participación ciudadana .
Revertir esta situación en el plano educativo y cultural es también un reto difícil y complejo. Implica un trabajo paciente, de esfuerzo y mucho tiempo para desarrollarlo y ver sus frutos. Pero hay que hacerlo.
En consecuencia hay que animar culturalmente al país, hacer una gran campaña de propaganda y proselitismo destacando los valores humanos mas sanos, rechazando esos falsos valores que sustentan la cultura del egoísmo, del facilismo, de la irresponsabilidad, la negligencia, la ineptitud, el mercantilismo, etc.
Hay, pues, que reorientar el curso de las políticas educativas y culturales del país, de forma que ellas también vayan en el sentido de combatir la corrupción administrativa .
Es importante hacer conciencia en las diferentes colectividades sociales, en dos ámbitos: uno sustrayéndose del hecho de corrupción, no sobornando ni dejándose sobornar y el otro, denunciando el hecho de corrupción y a sus protagonistas. La denuncia es para nosotros un arma de incalculable valor ético y democrático. Con una buena capacidad de voluntad política, la lucha en contra de la corrupción administrativa seria exitosa , con inteligencia y creatividad, es un camino largo y difícil, pero posible. Como las enfermedades, la corrupción estará siempre presente entre nosotros , empero, de lo que se trata, en efecto, es de que el cuerpo social dominicano sea sano, con salud y fuerzas suficientes para superar cualquier enfermedad, y no el cuerpo enfermo que ha sido durante muchos años. Entonces es un imperativo que sectores con tanta incidencia social, como por ejemplo las Iglesias no pueden estar al margen de esta lucha, no solo porque en sentido general coinciden con los propósitos perseguidos por nosotros sino porque, además, con justeza, ellos son los pioneros en este sentido.
Pero no es solo el gran peso social y gran experiencia que en este sentido han acumulado, sino también para hablar con entera franqueza y la disponibilidad de medios que poseen, tales como : Colegios ,Universidades, canales de televisión, emisoras de radio, periódicos, revistas, Iglesias ,templos, etc. En lo que se refiere a la opinión publica, la formación de una conciencia colectiva de repudio a la corrupción es requisito previo a la adopción de medidas eficaces dirigidas a combatir ese mal. La transparencia en la función pública como principio constituye una característica esencial del sistema de gobierno democratico y, en consecuencia, debe ser un imperativo constitucional. Los actos desviados y eventualmente delictivos que constituyan un agravio a este principio reciben genéricamente el término de corrupción administrativa, y se identifican a partir del aprovechamiento indebido de una posición de poder público con el objetivo de obtener un beneficio particular. La profundización de este fenómeno afecta las diferentes áreas del Estado y obstaculiza el desarrollo de una nación. Y así mismo se pierde el respeto por los principios fundacionales del sistema democrático.
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