La larga búsqueda de la función y los valores de las expresiones y prácticas culturales, así como de los monumentos y sitios, llevada a cabo por la UNESCO, ha abierto la puerta a nuevos enfoques para el entendimiento, la protección y el respeto de nuestro patrimonio cultural.
Estos enfoques, que suponen el reconocimiento de las comunidades y grupos como aquellos que identifican, ejecutan, recrean y transmiten el patrimonio inmaterial o vivo, culminaron en la adopción de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.
El ámbito de las tradiciones y expresiones orales comprende una enorme diversidad de formas, que incluye los proverbios, las adivinanzas, los cuentos, las canciones infantiles, las leyendas, los mitos, los cantos y poemas épicos, los encantamientos, las plegarias, los cánticos, las canciones, las representaciones dramáticas, etc. Osea, que transmiten conocimientos, valores y recuerdos colectivos, y desempeñan un papel esencial en la vitalidad cultural, de algunas formas, tambien han sido siempre un entretenimiento popular.
Las tradiciones y expresiones orales suelen ser transmitidas verbalmente, y ello normalmente implica un grado mayor o menor de variación. Su ejecución entraña una combinación de reproducción, improvisación y creación que varía según el género, el contexto y el ejecutante. Esa combinación hace que las tradiciones y expresiones orales sean particularmente vibrantes y atractivas, pero a veces también frágiles, porque su supervivencia depende de que la cadena de transmisión no se interrumpa.
AMBITO DEL PATRIMONIO INMATERIAL
Tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial;
Artes del espectáculo (como la música tradicional, la danza, poesia y el teatro);
Usos sociales, rituales y actos festivos;
Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo;
Técnicas artesanales tradicionales.
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