Hasta hace apenas algunos años el material de lectura más buscado, accesible y divertido para nuestros jóvenes eran las historietas o cómics. De los años cincuenta a la fecha, adquirir estos paquitos o revistas se convirtió en casi un ritual para un amplio sector de nuestra juventud, que semana tras semana seguía las peripecias y aventuras de los distintos personajes que dibujantes y guionistas anglosajones diseñaban para su publico y cuyos modelos han sido adaptados a la idiosincrasia de cada pueblo.
Desde donde saltaron a las paginas de los diarios en suplementos dominicales, a las revistas para de ahí ser huéspedes frecuentes de la televisión y luego tomar rápidamente por asalto el celuloide. Fue entonces cuando muchos de sus protagonistas se aceptaron como files compañeros de diversión de generaciones, al tiempo que se convirtieron en símbolo y modelos de conductas para niños y jóvenes.
De ahí que las historietas o cómics como estructura iconográfica deba ser estudiada y analizadas sus particularidades significativas, ya que de una forma casi imperceptible nos están conformando ideológicamente.
La mayúscula importancia de las historietas como modificador de conducta no puede ser ocultada con una estéril o vaga definición. Empero es importante atraer la atención sobre el asunto. Podríamos definir el cómics como:”Iconografía generalmente acompañada de literatura ,compuesta de viñetas sucesivas que implican una historia de orden narrativo o descriptivo “.
No debemos olvidar que todas las historietas poseen una carga ideológica que funcionan en dos vertientes: la internas y la externa y que por lo tanto funcionan como condicionantes de la conducta social incidiendo como tiro al blanco sobre la conciencia social.
Es preciso considerar a las historietas no como un arte expresivo aislado, sino como una forma visual que recoge la tradición de las artes plásticas y las técnicas artísticas. Por todo eso la pintura, el grabado y el dibujo tienen que ver mucho con el funcionamiento icono-literario de cómics.
Si bien el género de las historietas ha sido atacado como un espacio de pobre nivel educativo para sus lectores, uno de los grandes aportes de este medio es la creación de un lenguaje propio del que se han valido algunos para transmitir mensajes educativos y científicos. De hecho a lo largo de la historia los hombres se han valido de la caricatura para satirizar situaciones y personajes de su sociedad, por lo que sus caracteres combativos y populares van juntos de la mano.
En tiempos recientes los cómics han sido un espacio de divulgación cultural por excelencia, que fundamentalmente expresa las realidades cotidianas de una sociedad dada.
No hay que olvidar que la época del verdadero nacimiento y expansión del comics ocurre en pleno auge del desarrollo industrial norteamericano. El hecho de que el cómics tuviera un real nacimiento al amparo de la burguesía y que preservara ese producto cultural para la hegemonía de la clase dominante en el mundo capitalista no fue casual, pues a través de los mismos nos venden la idea y valores extraño a nuestra cultura, quebrando nuestras identidades.
Como estructura cultural y como elemento de comunicación los cómics generan un lenguaje basado en signos y símbolos icono-literario que traen o enfrentan dos expresiones: planos de expresión ( significante) y plano de contenido ( significado) según la teoría de Ferdinand de Saussure.
Pienso que es oportuno recordar que el lenguaje del comics, aunque independiente, procede no solo de las artes plásticas sino también que toma numerosos efectos espacio – temporales y compositivos para satisfacer sus necesidades iconográficas, por ejemplo ,el comics asimila del cine la transmutación de espacio ,textos en off, el plano, la secuencia, el concepto de escena, etc.
Si recordamos las tiras cómicas o narraciones dibujadas del Rico Mac Pato, Mandrake, Mickey Mouse y Donald, así como Mafalda, Batman, Superman, Fantomas, la Pequeña Lulú, Pedro pica piedras y Pablo mármol etc. Observamos que todos reflejan ,con matices diversos las situaciones sociales de su comunidad o país en su tiempo. Pues así todos los personajes obedecen a un modelo totalmente apegados a la idiosincrasia de cada pueblo.
La importante revolución en el mundo de las comunicaciones, así como la profunda transformación que sufrió la sociedad mundial en las ultimas décadas, afectó considerablemente el contenido y forma de las historias que protagonizaban estos personajes. Temas como el Sida, la homosexualidad, la violencia cotidiana, la pobreza extrema, la política, la corrupción, llenaron sus discursos al mismo tiempo que el lenguaje se fue haciendo cada vez menos fantástico y más realista y en ocasiones crudas, hasta que los directores y dueños de medios tuvieron que ordenar a los dibujantes y guionistas: “O Donald y Mafalda se disciplina o ya no hablan “
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