Poeta, orador, escritor y diplomático, Virgilio Díaz Ordóñez nació en San Pedro de Macorís, el 5 de mayo de 1895 y murió en Washington, D. C., Estados Unidos de América, el 30 de abril de 1968.
Firmó gran parte de su producción literaria con el seudónimo de Ligio Vizardi (anagrama de su nombre Virgilio Díaz), que es el más popular de los seudónimos en la literatura dominicana contemporánea.
Díaz Ordóñez tuvo una larga vida pública, ejerciendo diversos cargos en la judicatura y llegando a ser Secretario de Justicia. Ocupó también las Secretarías de Educación y de Relaciones Exteriores. Representó como diplomático a su país en La Habana, Lima, las Naciones Unidas y la OEA.
Fue rector de la Universidad de Santo Domingo en dos ocasiones y Presidente del Ateneo Dominicano, miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua y de la Academia Dominicana de la Historia, Miembro de Honor del Instituto de Cultura Hispánica, de Madrid, y miembro correspondiente de la Real Academia Española. Ejerció durante muchos años el magisterio y, a la hora de su muerte, era profesor de literatura española de la Universidad de Georgetown, de Washington, D. C., Estados Unidos.
ELLA LO QUISO.
Una vez por el áspero camino,
le brindé bajo fronda y entre flores,
mi copa, llena del licor divino
del más noble de todos mis amores.
Ella interpuso la inocente mano
diciendo sin cariño ni rencores:
busca otros labios a tu copa, hermano.
Otra vez, por el áspero sendero,
la encontré fatigada y abatida,
dame tu copa _dijo_ buen viajero,
la sed me quema la garganta ardida.
Yo le tendí mi copa medio rota,
mas le quedó la sed siempre encendida
porque ya no quedaba ni una gota.
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