Aproximadamente a los 8 años los niños comienzan a dudar de la existencia de este personaje, pero saben que la Navidad es más que eso
En Navidad muchos se disfrazan de Santa, por eso a veces nos hacen dudar.
Lo más importante es que a los ocho o nueve años, los niños entienden que Santa Claus es parte de un mito.
Los niños fingen creer en Santa, esperando que su entusiasmo sea recompensado con regalos, los padres disfrutan el divertido ritual y les cuesta trabajo dejarlo ir .
¿No existe Santa Claus?
Santa Claus no es real, pero lo que Santa representa para los niños y los adultos es verdadero.
El sistema de defensa aérea del gobierno de los Estados Unidos rastrea el progreso de Santa en la víspera de Navidad.
El Servicio Postal estadounidense incluso acepta cartas del Polo Norte. Con ese tipo de evidencia, ¿cómo podría no ser real Santa?
A pesar de eso, en algún momento de la infancia, los niños se empiezan a cuestionar la existencia de Santa.
A los ocho o nueve años, la mayoría de los pequeños cree que el engaño existe, dicen los expertos en desarrollo. Pero los más astutos disimulan su escepticismo y esperan que su entusiasmo sea premiado en forma de regalos de Navidad.
"Los niños son listos", dice Charles Smith, un experto en desarrollo infantil de la Universidad del Estado de Kansas. "Se dan cuenta de que mucha gente cree que Santa no es real, aun antes de que los padres crean que lo entienden".
En preescolar o inicios de la escuela primaria, los niños entienden que todos los Santas en el centro comercial no pueden ser Santa.
Santa Claus es para los padres tanto como es para los hijos.
En 2008, un estudio publicado en Psychological Reports evaluó las emociones de 600 niños en fila para conocer a Santa Claus en el centro comercial.
De los niños, el 80% se mostró indiferente, mientras que el 87% de los padres parecía estar contento.
"Es un ritual divertido", dice Carole Slotterback, autora del libro La psicología de Santa. "Creo que están enganchados en lo divertido que es, y a los padres les cuesta trabajo dejarlo ir".
La comprensión de los niños viene gradualmente, en lugar de en un momento definitivo, dice Slotterback, quien condujo una encuesta entre estudiantes universitarios acerca de sus recuerdos familiares sobre Santa Claus.
Sólo una persona reportó una experiencia traumática, luego de que su padre le dijera que Santa Claus tuvo un ataque al corazón y murió. Slotterback no recomienda ese enfoque.
Las familias comparten la tradición de dejar galletas para Santa y abrir los regalos por la mañana. Cuando los niños superan la cuestión de Santa Claus, puede parecer como el fin de unos apreciados recuerdos.
"No quieres perder esa diversión que compartes con tus padres alrededor de todo el asunto", dijo Smith. "Creo que los padres pueden hacer eso como un guiño y seguir compartiendo esa experiencia común".
¿Cuándo es alguien demasiado mayor para creer en Santa?
"Si un niño cree plenamente en Santa a la edad de 10, 11 o 12, hay algo extraño pasando allí", dijo Smith. "Es un niño que no está dejándolo ir. Me daría curiosidad algo así. No diría que está mal. Me gustaría saber más acerca de la historia de este niño y su familia".
En vez de decirle a los niños que Santa Claus no existe, dejen que ellos decidan por sí mismos, aconsejan los expertos.
Si el niño pregunta a sus padres sobre la existencia de Santa Claus, regresen la pregunta cuestionándole: ¿Tú qué piensas? Y faciliten una discusión.
"Los niños se dan cuenta de la diferencia entre lo que es real y lo que no es real", indica Smith. "Ellos comienzan a hacer preguntas que deben ser respondidas honestamente por los padres".
No se ahoguen tratando de convencer al niño de que Santa es real, dijo :
Smith recuerda a un padre que conducía para llevar a su hijo a ver a Santa en la víspera de Navidad. "Él apuntaba hacia el cielo y fingía haber visto a Santa. El hijo se esforzaba por ver y el padre se reía.
Eso es abusar de la imaginación del niño.
Slotterback, profesora de psicología en la Universidad de Scranton, en Pennsylvania, dijo que creer en Santa no es dañino.
"Los investigadores muestran que los niños que participan en juegos de fantasía tienden a desarrollarse mejor y a avanzar cognitivamente. No es una cosa dañina".
A los niños, sus compañeros y hermanos mayores les dicen que Santa no existe. Los padres pueden involucrar a los otros niños en la estrategia para mantener la magia viva para sus hermanos menores.
Cuando Juan Perez tuvo sus dudas a los seis o siete años, no le dijo nada a su hermana menor.
Ella atesoró la alegría de despertarse en la mañana de Navidad para ver los regalos de Santa. Quiso preservar esta magia para su hermana menor.
"Mi hermana y yo sabíamos que el papel brillante era de parte de Santa Claus", recuerda Perez "Mi papá siempre lo hacía para que significara algo. Recibíamos uno o dos regalos brillantes de Santa Claus".
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El espíritu de dar un regalo es lo más importante.
Lo que Santa representa para los niños y los adultos es verdadero, ese sentimiento de alegría durante este tiempo del año, esta idea de que son queridos y amados.
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