miércoles, 11 de agosto de 2010

JUAN SANCHEZ LAMOUTH :PROLIFICO POETA DOMINICANO

Juan Sánchez Lamouth , nació en santo domingo, ciudad capital de la República Dominicana (1929 – 1968 ), publicó su primer libro de poesías en 1954, titulado “Brumas” a la que siguieron entre otros “ Elegía de las hojas caídas”, “ 19 poemas sin importancia”, “200 versos para una sola rosa”, “ memorial de los bosques “etc.
En 1964 y 1966 obtiene el premio nacional de poesía.
Juan Sánchez Lamouth, a juicio de importantes autores y criticos, "fue uno de esos poetas del pueblo que, a despecho de su pobreza y su bohemia, supo enaltecer las letras dominicanas con poemas que cantaban a la vida sencilla de gente como él, pero no al modo popular y campesino, sino valiéndose de las formas cultas de la poesía.
Juan Sánchez Lamouth, por su parte, fue un poeta de origen humilde que pudo sobre ponerse a la adversidad y convertirse en uno de los grandes poetas de la República Dominicana. Fue uno de los pocos que supo mantenerse prudentemente alejado de la tiranía, por lo que nunca gozó de sus favores.
Los elementos sustanciales de su temática poética son el dolor, el llanto en que ve sumergido el mundo.
Lamouth, manifestó además en su vida y obra inquietudes sociales, vio la contradicción de la sociedad dominicana, muchas veces más relacionadas con los problemas raciales que con problemas políticos. La discriminación de que fue víctima, racial y socialmente, marco gran parte de su obra, testimonio:
Su tarjeta de presentación…
Mi nombre:
Juan
Color: negro latino
Residencia:
La Aldea
Ocupación:
Poeta
Bienes:
La poesía
Seña particular:
Una herida profunda que me supo abrir la oligarquía.

SINFONIA VEGETAL A JUAN PABLO DUARTE

Por el polen libre de sus huesos gloriosos

por su esfuerzo, su cruz, su apostolado...

Hay que volver la cara hacia las hojas verdes de febrero

por tu paternidad hoy remueven tus huesos los obreros del taller y el campo.

Próximo a ti hay que justificar las alegrías,

desde tu nombre deseo hablar entre los habitantes de las hojas.

nuestro Decano de la democracia,

esta es la Bandera,

este es el Escudo, o mejor dicho enseñamos la patria

de nuevo a la conciencia del Apóstol.

Ved los labriegos secos.

Comandante Juan Pablo

que nos diste la patria de la nada...

En este primer acto de mis versos agrarios

por donde los tubérculos florecen al azul de los hosannas,

Destrozados se encuentran los sagrados violines madereros,

los dibujos se ven llenos de sangre...

Hoy reconozco que tan solo la rosa fue idéntica a tu nombre,

Reflexiono mirando el sacro incienso que levantan las fábricas.

En esta bahía blanca de la aurora

reorganiza el milagro,

que tu voz se levante redentora al paisaje,

que de nuevo tus manos se estrechen con el pueblo

para que sea posible desarrollar la tierra

y la alegría cunda por todos estos campos.

Por este idioma,

por esta rosa que día por día se viste su sonrisa del cielo,

Ayúdanos en espíritu desde los ángeles de tu dominio puro,

ya estamos convencidos que es por nosotros mismos

que se abrirán las puertas del progreso y la gloria.

Tu alma, es la flor que autorizaba el júbilo,

fue salud de los campos y las aldeas...

¡Oh sol de aquel febrero!

en que había frio hasta en los oídos de los arboles

y muerte hasta en la epidermis del Baluarte,

hoy para ti la sinfonía vegetal de mis palabras

Viendo a los ángeles que elevan tu nombre por el jardín azul de la montaña...

Apóstol sempiterno,

mirando estos buyes que conducen tratados y alianzas,

te nombro por los bálsamos de la tierra,

por las sabinas y los guayacanes,

en las direcciones del consorcio de las lomas,

con la luz del sudor agropecuario,

en la salud,

en la fe,

y hasta en los vientos frescos de aquellas dulces piedras milenarias

se veía claramente junto a los socios que le dieron ánimos,

que ese febrero era tu propia carne,

que ese febrero era tu propia sangre.

Maestro, al nombrarte frente al movimiento de la rueda rotatoria,

no pienso que mi aldea tenga su cielo feo,

solo sufro tu alma que tuvo que bajar la cuesta abrupta de las dificultades, canto tus manos que pluralizaron flores

por repartirlas entre los poblados.

Feraz, efemérides de ángeles con cornetas,

en que supiste borrar extravagancias

anulando los traumas del memorial funéreo

con tu conciencia hecha para aumentar la salud de la patria,

verdad, todos sabemos eran tiempos difíciles,

todo hacía pensar que hasta el agro sentía nausea de los arados,

hasta que asomo el sol del movimiento social La Trinitaria,

y ya la fe del pueblo comenzó a germinar con tus palabras,

por el jugo Cristiano de tu axioma

Vio la República su primer milagro.

Hay que volver la cara hacia las hojas verde de febrero

hoy que hasta las llanuras desean tus palabras subterráneas,

Complácenos, olvida tu uniforme de barro.

Comandante Juan Pablo,

estos silencios desean tus palabras,

Acompáñanos en cuerpo,

acompaños en alma,

Reprende a los monstruos, para que no le echen mas cizaña a la patria.

Insistimos en tus formas libertarias,

comandante Juan Pablo!

Tú que ayer destruiste los dolores de la siembra enlutada,

tú que supiste entregarnos una patria con colmenas y salmos

hay la necesidad de que olvides un momento tu uniforme de barro

elévate en el aire de las hiedras que parece que huelen la esperanza,

Ayúdanos a calmar los soles agrios,

Estos soles agrarios,

En estos campos que nos engañan con las ilustraciones de sus aves. Comandante Juan Pablo!

Hay la necesidad de que olvide un momento tu uniforme de barro.

CANTO AL PRESENTIDO PETRÓLEO DE MI TIERRA.

No salgas, húndete más, presentido petróleo de mi patria,

Santo petróleo, sobre tu cabeza dejo este fresco detalle,

Por tu sonrisa cruzan los alimentos verdes

En las canastas de las verduleras.

En estos días tu sangre subterránea se encuentra visitada por el viento del pueblo

que ya desencadena su furia.

Presentido petróleo aun oloroso a selvas subterráneas

no salgas hasta que en esta patria

los hombres no sean verdaderamente libres,

se vean rosas y geranios en los cuadernos de los pactos y ante proyectos,

la aurora luzca mejor en los jardines justicieros de los códigos,

por esa fundamentales lágrimas

mejor que te conviertas en un volcán diabólico.

Sollozan tus entrañas terreas,

no salga petróleo rebelde, petróleo de mi patria,

Santo petróleo prieto, tan procurado por los hombres blancos.

tu futuro está escrito para apagar la sed dominicana,

tu futuro está escrito en la arcilla sureña

cerca del cactus agresivo y las guasábaras.

Desde este rumor de cáfricos tambores no salgas...

Que ángeles rebeldes te halen mas para abajo,

santo petróleo nuestro, petróleo del mañana,

vigoroso alimento de las anatomías proletarias

para que no te vengan a manosear los hombres blancos,

húndete más, allende los antros abismales,

húndete más donde no sientas los flagelos de látigos mercenarios,

húndete más todavía no es tiempo de que veas el paisaje

del guano, los bananos y las habas,

húndete más entre el lodo de los muertos olorosos

a ubérrimos trigales,

húndete más mientras te ronden seres de mañas

multiformes y mentes afiebradas

húndete más, tu espera y tu esperanza es la dicha mayor

que Dios nos ha dado.

No hagas caso de las voces blancas, se como

un niño desobediente,

niño moreno del barrio subterráneo,

cuando te llamen desde arriba, sigue más para abajo.

Pido a los ángeles tutores, los ángeles proletarios

que te hundan más

hasta que la justicia americana no se encuentre

en tan mal estado

y recuerde los ciclos amargos del inmenso dolor venezolano.

No salgas, manos duras quieren aprisionarte

Petróleo rebelde, petróleo antillano, petróleo presentido

de mi patria.

Mañana te cargaremos en hombros los futuros atletas del trabajo

-Si los oligarcas de hoy quieren petróleo que lo

saquen de las minas de su sangre-

Santo petróleo nuestro que crece lentamente en esta media Isla,

desde antaño electrizadas por las hambres

petróleo atempestado

que presientes ese sudor alegre de los pechos

y las frentes libertadas,

que te hundas más,

te pedimos nosotros que aún hablamos de bateas,

de pilones y guayos

te pedimos nosotros que aún sentimos correr

en nuestra sangre la dinastía de aquellos cacicazgos,

en nombre de los analfabetos, en nombre de la

juventud acorralada,

en nombre de todos los obreros que en Indoamerica

parecen animales

para que no se enseñoreen en tu cuerpo los rudos

campeones del engaño,

santo petróleo nuestro, no salgas por ahora,

sigue más para abajo.

Textos literarios, escenificados e interpretados por el grupo de Poesia Coreada UASD, bajo la direccion de José Fco. Jiménez.

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