La práctica y las creencias cristianas descienden en línea recta de los rituales griegos y romanos.
En realidad todo comienza hace mas de 2500 años, en el siglo VI antes de nuestra era, con el culto celebrado en honor a Dionisios.
Los griegos creian en la existencia de muchos dioses, a los que atribuían características humanas.
Dionisios era un dios niño, rebelde y travieso, pero al mismo tiempo un dios benefactor que había inventado el arado y ofrecía la vid, el árbol de la Uva, la cual constituía la principal riqueza agrícola de Grecia.
Diosisios era, por lo tanto, el dios del vino, de la embriaguez y la fertilidad.
El empleo del vino en forma sacramental está ligado directamente con el judaísmo, pero las similitudes más fuertes aparecen en la comparación con el culto griego de Dionisos, dios del vino, y de Baco, su equivalente romano.
Según la leyenda, Dionisios llevó el vino a Grecia desde Asia Menor, la actual Turquía. Hijo de Zeus, Dionisios tuvo un doble nacimiento, uno humano y otro divino (el mito es bastante oscuro, al menos para nosotros).
La ceremonias del culto se celebraban en la época de cosecha de la vid, y poco a poco la personalidad del dios se traspasó a la figura de un chivo o macho cabrio que se sacrificaba sobre una plata forma circular llamada tbymele.
Al rededor del tbymele, los hombresy mujeres del pueblo, disfrazados, cubiertos con pieles y mascaras, embriagados por ewl vino, cantaban y lloraban la muerte de Dionisios junto a la muerte de la viña en la cosecha.
También creían los griegos que comer el chivo sacrificado adquirían las cualidades del dios.
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