El sentido de la libertad y la justicia es el amor, pues la libertad y la justicia es caridad , y la perfecta caridad proviene de la libertad. La raíz de esta relación está en la insuprimible relación de la libertad al bien, que sólo en el amor al prójimo alcanza su plena realización .
La inteligencia es necesaria para la libertad, pues no se quiere nada si no se conoce antes. El ignorante no es libre. Pero el sólo conocimiento de la verdad no basta. Tiene que ser un conocimiento pleno que llegue a la voluntad.
La voluntad quiere y debe ser dirigida por el amor bueno. Es la raíz de la libertad.
La voluntad es atraída por el bien, pero de un modo que no es determinado como los sentidos, pues cabe tener bondad y malicia además auto engaño. Esa bondad y malicia le viene de ella misma.
De una parte la inteligencia le informa, pero la decisión, aún siendo libre ya, tiene un raíz más honda, pues es ciega, y necesita ser guiada por el conocimiento propio.
El hombre es alguien, irrepetible, único, con una sola vida para vivir, y por ello es libre, creativo, ambicioso, ascendente, fuerte, irrenunciable, insatisfecho con todo lo que sea caduco, porque aspira a un mundo mejor en comunión con Dios.
La libertad humana vista desde otra perspectiva, nos dice que si miramos el cuerpo humano,nos damos cuenta que no hay libertad. Los sentidos están determinados por el objeto. El ojo ve, quiera o no; el oído, oye; el tacto, siente, a no ser que estén enfermos, no se quiera mirar, oír, o tocar. Los instintos de propagar la especie, de sobrevivir, de placer y de asco llevan aun cierto movimiento que no es libre, es sólo instintivo, como los animales.
Los afectos son más elevados, pero son poco libres. El amor sentimental es fluido, aunque hermoso y fácilmente erróneo; el odio igual; la tristeza aleja del mal o paraliza, la ira es necesaria para superar obstáculos, pero puede acabar en furia y ceguera, y así todos los afectos, necesitan de la dirección de las potencias del alma: inteligencia y voluntad.
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