domingo, 11 de enero de 2009

EL SATRAPA RAFAEL L. TRUJILLO MOLINA

Militar y político dominicano nacido en la ciudad de San Cristóbal, al oeste de Santo Domingo, el 24 de octubre 1891, fue hijo de José Trujillo Valdez y Julia Altagracia Molina Chevalier.
Contrario a lo que se cree en la República Dominicana y en el mundo, Rafael Trujillo fue un hombre de extracción social humilde, provenía de la clase media baja de origen urbano.
Entre 1910 y 1916, ya se le había vinculado a hechos delictivos. Estuvo encarcelado.
Durante la ocupación norteamericana ingresó a la Guardia Nacional creada por los norteamericanos (1918) y ascendió vertiginosamente en la carrera militar. En 1919 se juramentó como segundo teniente y entre los años 20 y 21 participó activamente en el Este, en la represión de las guerrillas anti- norteamericanas, se ganó el aprecio de las fuerzas de ocupación.
Trujillo, con claras aspiraciones políticas amplió aún más el horizonte de sus negocios y riquezas, con la compra de varios ingenios azucareros, la instalación de importantes industrias monopolistas: fábrica de aceite, de sal, marmolería, de tejidos y cordelería, etc. y también liberó al país de la pesada deuda extranjera (Tratado Trujillo-Hull) que agobiaba a la República, desde finales del siglo XIX, y que fue el motivo central que originó la primera Intervención Militar Norteamericana a la República Dominicana, que duró ocho años: entre 1916 y 1924.

En los primeros años, el dictador disfrutó del absoluto control político, en sus inicios el proyecto trujillista fue decididamente rechazado por una importante franja social dominicana. Y este quien fuera el mas brutal de los tiranos que registra la historia nacional, solo pudo sumar a sus propósitos a escasos intelectuales de la juventud dominicana, salvo a su acolito Joaquín Balaguer y otros menos destacados.

No pocos jóvenes intelectuales de prestigio, durante la campaña electoral de 1930, dieron muestras de una posición a la candidatura de Trujillo. Es decir que el miedo, no lo condujo a la inacción, pues fue todo lo contrario, una buena parte de esa juventud intelectual, desde que se instaló el régimen dio pasos a la organización de acciones opositoras e incluso conspirativas.

El primer gesto organizativo de oposición, contra el régimen de Trujillo lo constituyó la fundación o creación en 1930, la entidad " Acción Cultural" , que tenia como objetivo esencial:"trabajar para crear entre nosotros el estudio serio y metódico, para crear el afán de investigación, para crear la necesidad de ahondar en el conocimiento de la sociedad, para depurar nuestro gusto artístico y expresión del arte nacional y crear habito de estimar nuestras cosas y nuestros valores, sin tener en cuenta el orden cultural y las condiciones en que se produzcan".( Texto de los estatutos de acción cultural ).

Afortunadamente, se inicia un período de dificultades que anuncia la entrada en crisis de la tiranía y coincide con esta situación, una ligera caída en los precios de nuestros productos agrícolas de exportación, y también en el plano internacional, se generan las caídas de varios dictadores latino americanos.

El momento histórico que vivían las hermanas Mirabal era de mucha agitación política: en Colombia había caído Rojas Pinilla, en Venezuela, Pérez Jiménez y a principios de 1959 entraban triunfante en La Habana los guerrilleros cubanos dirigidos por Fidel, Raúl, el Che, Camilo y muchos más, que habían derrotado a Batista. Ese mismo año de 1959 desembarcó en territorio dominicano una expedición guerrillera proveniente de Cuba, cuya tarea era derrocar al dictador Trujillo que aún se mantenía en el poder. Su máximo jefe, el comandante Jiménez Moya (junto a más de un centenar de sus compañeros), murió en combate. La acción militar; puede decirse, fracasó. Pero no así, la acción patriótica, pues este hecho levantó enormemente la conciencia ciudadana y a partir de aquí, creció sin detenerse la oposición al régimen tiránico, que respondió a este despertar del pueblo frente a la increíble brutalidad del regimen.

Centenares de jóvenes de todas las edades y de ambos sexos, hombres maduros, y hasta ancianos, que de manera individual o en embriones organizativos manifestaban su inconformidad frente a la dictadura, sufrieron encarcelamientos, torturas y no pocos fueron asesinados. Hasta altos dignatarios de la Iglesia Católica, padecieron persecuciones, asedios y hasta amenazas de muerte. De allí que muchos jóvenes dominicanos vieran la posibilidad de que había llegado el momento de combatir la dictadura y al dictador. Y entre ellos, las hermanas Mirabal, que fueron vilmente asesinadas el 25 de noviembre de 1960 tras una visita que le hicieran a sus esposos encarcelados. Unos meses después, el 30 de mayo de 1961 se llevó a cabo el tiranicidio.

El acontecimiento más horrible de esta etapa fue el asesinato de las “Hermanas Mirabal”, fundadoras de la organización clandestina, 14 de junio. Este abominable hecho, sacudió verdaderamente la conciencia de todo el país y encendió el espíritu patriótico de los dominicanos. Tal era el ambiente político nacional e internacional que existía en la República Dominicana, que un grupo de decididos domincanos, encabezados por Antonio de la Maza , Huáscar Tejeda, Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, el Teniente Amado García Guerrero , Roberto Pastoriza, Pedro Livio Cedeño, Antonio Imbert Barreras, Luis Amiama Tió, el general Juan Tomás Díaz, Tunti Cáceres, y otros, unieron sus esfuerzos, talentos y corajes, para organizar la emboscada que detuvo el automóvil en que viajaba Trujillo, cuando transitaba desde la ciudad capital hacia San Cristóbal, el 30 de mayo de 1961, dando muerte al dictador con el mismo estilo con que había gobernado: a tiros.

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