lunes, 6 de agosto de 2007

LOS INICIADORES DEL SURREALISMO

Todo hecho literario y artístico supone escritores, libros y lectores o; para hablar de una forma más original, creadores, obras y un publico. Constituye un circuito de intercambios que, mediante un aparato de transmisión extremadamente complejo, a la vez arte, técnica, y comercio une individuo bien definidos ( si no siempre especialmente conocidos) a una colectividad mas o menos anónima ( pero limitada). En cualquier punto del circuito, la presencia de individuos creadores plantea problemas de interpretación Psicológica, moral , filosófica. La mediación de las obras plantea problemas de estética, estilo, lenguaje, técnica y finalmente la existencia de una colectividad-publico plantea problemas de orden histórico, político, social, incluso económico. El surrealismo es frecuentemente punto de confrontación por parte de los defensores de diversas corrientes del pensamiento, de ahí que nos limitaremos en esta entrega al plano del esbozo histórico. En 1924,en Paris, tomó forma un movimiento conocido bajo el nombre de Surrealismo, que iba a ocupar, con bastante rápidez, un lugar preponderante en el mundo de la literatura y de las artes. En unos cuantos años, su influencia se extendió a varios países y se formaron grupos similares al de Paris, sobre todo en Yugoslavia, Bélgica, Checoslovaquia, Dinamarca, Inglaterra, Egipto, Japón, y hasta en las islas Canarias. Sin embargo, no se trataba todavía mas que de reuniones restringidas, con audiencia limitada, que habían conservado el carácter de laboratorio propio del grupo Parisino, pero cuya acción tanto sobre el plano de las ideas como sobre el de la expresión literaria o plástica no era desdeñada. Los primeros grupos surrealistas estaban animados por hombres muy jóvenes, dotados todos ellos para la poesía y el arte, todos en relación contra los valores burgueses y deseosos de restituirle al hombre el sentimiento de la totalidad. En ese aspecto, el surrealismo no era diferente de la mayoría de los movimientos o escuelas literarias y artísticas que le habían precedido. En efecto, no solo le proponía al hombre un modo nuevo de Asir el mundo visible y realidad interna, sino que, además pensaba extender su acción política y su comportamiento moral. La originalidad del surrealismo no se ha encontrado nunca en sus posiciones políticas, poco diferentes, en todo caso, de las de otros grupos designados generalmente con el nombre de “izquierdistas”. En cambio lo que era característico en él, en el momento de entrar en escena, era su deseo de poner al desnudo los engranajes mas profundos del comportamiento humano y ligar tanto la expresión literaria como la artística a esa nueva articulación de una “Sicología de las profundidades”. Creo, es legitimo decir que fue esencialmente por medio de la poesía o por la reivindicación poética afirmada en los recitales o ensayos y por el arte, como el surrealismo reveló su carácter especifico. En realidad, como los escrito estaban sujetos a la dura necesidad, de la traducción, fue gracias a las imágenes, o sea, a todas las expresiones plásticas del surrealismo, como se produjo la expansión de ese movimiento a través del mundo y como se estableció su influencia. Desde el nacimiento del movimiento, los artistas ocuparon en el un lugar privilegiado. Cada uno de ellos aportaba una visión que era absolutamente personal y que resultaba de todo diferente a la de los demás, el espectador podía dudar en el pasado en atribuir a determinado artista una tela impresionista, o cubista, la diferencia era tan grande con respecto a los surrealista que no era posible ninguna confusión. Y sin embargo, todos compartían cierto numero de ideas motrices, de sentimientos y de aspiraciones que traducían por medio de su arte. Es preciso significar a manera de recordación histórica que fue la publicación del Manifieste du Surréalisme, en 1924, por André Bretón, la que hizo nacer el movimiento. El valor y la oportunidad de ese texto procedían del hecho de que concretamente, en formulas memorables, lo esencial de las reivindicaciones, en el plano espiritual, de toda una juventud impaciente, entusiasta y resuelta a aventurarse sin retraso por vías inexploradas. Bretón, daba la definición siguiente de surrealismo: Autonomismo psíquico puro, por medio del que nos proponemos expresar, ya sea verbalmente, por escrito o de cualquier otra manera, el funcionamiento real del pensamiento. Cuando este se refería a la poesía-arte señalaba es un regreso a la inspiración, en el sentido en que la entendían los románticos, es decir exigida en forma imperiosa, lo que implica la sumisión a un llamamiento, surgió de las profundidades del ser. “Solo la inspiración manda, de noche y de día” repetía Bretón, en 1944. Desde luego, la forma esencial de esa inspiración será la fantasía, pero también el sueño despierto, en el que el mundo visible y la realidad interior se ínter penetran y se confunden para llegar a una superrealidad, estimada mas fecunda y verdadera que la realidad cotidiana. “La imaginación sola me rinde cuentas de lo que puede ser” escribía también Bretón. O bien”: Querida imaginación, lo que más amo de ti es que no perdonas”. En fin llevando hasta las ultimas consecuencias su opción a favor de lo irracional, el surrealismo exaltará formas de expresión consideradas hasta entonces como aberraciones, alucinaciones y delirios, o suscitadas por estados “Secundarios”, como las proyecciones “extra lucidas” del médium o el visionario. Esas opciones, formuladas con fervor y vehemencia, sacaban brutalmente a la luz las líneas de fuerza de un pensamiento, cuya tradición, más o menos secretamente no había dejado de surgir jamás. Sobre el plano plástico queremos insistir, que esa orientación iba a tener consecuencias que, para muchos, fueron definitivas. Conviene hacer notar, ante todo, que ningún movimiento del pensamiento había provocado hasta entonces tanta influencia entre los artistas, ni dado lugar a una diversidad semejante en la expresión. Para pintores y escultores que optaron, desde el principio, por el surrealismo y fundaron sobre el su fama, esa adhesión implicaba dos tipos de repulsa. Primeramente, ya no era posible representar el mundo visible según las leyes de la percepción ordinaria, aunque fuera impresionista o estilizada de cualquier otra forma. En segundo lugar, debían excluir todos los intentos de expresión abstracta que tenían como objeto la armonía simple de las formas. Rompiendo las hostilidades a la vez contra los figurativos y contra los abstractos formales, los surrealista iban a tener que, abrir una brecha donde nadie, hasta entonces, se había aventurado deliberadamente: la expresión de las profundidades del ser. En el Surrealime et la peinture, publicado en 1929, André Bretón resumió así sus obligaciones: “La obra plástica, para responder a la necesidad de revisión absoluta de los valores reales sobre la que concuerdan hoy en día todos los espíritus, se referirá a un modelo puramente interior o no existirá”. El autonomismo, la analogía, el sueño, el sondeo del inconsciente, la libre asociación y el juego desinteresado del pensamiento, así como las facultades visionarias, serán pues los motores a los que se recurrirá para la revelación de esa verdad nueva que tiene como nombre superrealidad. Todos estos elementos, por supuesto, no serán puestos en marcha simultáneamente por todos los escritores y artistas en cuestión, ni serán utilizados de la misma manera por todos y cada uno de ellos. También uno de los móviles de este trabajo es fundamentalmente el objeto de poner al alcance del gran público, algunas de las obras maestras del Arte Universal poco difundidas. De manera sucinta, presentaré un breve esbozo de lo que aportaron los artistas que presidieron el nacimiento del surrealismo, todos compartían cierto numero de ideas motrices, de sentimientos y de aspiraciones que traducían por medio del Arte. El Onirismo, la Obsesión y la Visión fueron el patrimonio de un artista que fue, no solo un precursor, sino también un iniciador prodigioso de la pintura poética moderna Giorgio de Chirico. El mismo dio el nombre a las obras que produjo de pintura metafísica, esto es aproximadamente en 1910 a 1919 antes del nacimiento de movimiento. Es preciso señalar que en sus obras, la exactitud de las arquitecturas, los objetos representados, la huida a lo lejos de la perspectiva, la precisión de las sombras transportadas no pasaban en ninguna forma a favor del realismo, sino que, por el contrario, reforzaban singularmente el sentimiento de irrealidad que se desprendía. Lo imaginario, aquí, reina como Amo y Señor. Descubierto por Apollinaire, Chirico despertó entre los poetas un gran impulso de entusiasmo, pero ejerció un estimulo esencial sobre los pintores que podemos considerar como iniciadores del surrealismo: Max Ernst,Yves Tanguy, Rene Magritte, Salvador Dalí y otros. Su influencia, por otra parte, se perpetua mucho más allá y continua ejerciéndose sobre una de las grandes vías del arte surrealista: la configuración de lo imaginario. La pintura por medio de la que Chirico traducía la aparición de las imágenes de Sueños y los Enigmas de su vida profunda, seguían siendo tradicional, sino por el tema, al menos si por su factura. Por el contrario, fue muy diferente el camino emprendido, aproximadamente en la misma época por otros precursores del surrealismo; por ejemplo Marcel Duchamp, Francis Picabia y Man Ray. Para esos hombres cuyas investigaciones iban a situarse a la cabeza del espíritu moderno, se trataba principalmente de una ruptura con todas las tradiciones, acompañadas por un desafió a las reglas del arte. Duchamp, al presentar en 1915 como obra de arte un simple objeto manufacturado adornado con su firma (un porta botellas), este pretendía desacreditar todo el aspecto manual de la creación artística. Después de un cierto tiempo de silencio y retiro este presenta su obra principal “ La Mariee Mise á nu par ses celibataires, méme (La Novia Desnuda por sus Solteros, incluso). Como Duchamp, Francis Picabia había sido impresionista, antes de lanzarse por el camino sin regreso de una subversión burlona. Picabia era un agitador, un hombre publico, una especie de caballero-actor, desconcertante por su actitudes y caprichos. Sus obras poseían un carácter o espíritu humorístico y burlón. Los objetos y materiales mas sencillos y humildes entraban en sus composiciones, en la que puede reconocerse, en cierta forma la prefiguración de sus trabajos y lo que más tarde llamó Pop Art. Man Ray, inseparable de Duchamp y Picabia por la naturaleza misma de su inspiración, destaca su pintura con una esencia poética, no deja de tener relación, en la profundidad con la de Chirico, como lo testimonia Le Beau Temps, donde maniquíes-Robots imponentes deambulan en un espacio que parece haber sido liberado de la fuerza de la gravedad. En cuanto a la fotografía, oficio que ejecutó durante varios años, fue no solo el nadar del siglo veinte, sino, que además, aportó a esa técnica posibilidades insospechadas hasta entonces, sobre todo por el invento de las radiografías. Este construyo numerosos objetos, que tenían como punto de partida casi siempre, la casualidad del encuentro cotidiano: Árboles formados con perchas de ropa, planchas llenas de clavos y otros objetos, elevando lo insignificante al nivel de la evidencia poética. Pienso que era natural que el surrealismo encontrara su punto de apoyo más seguro sobre esos hombres que llevaron hasta sus últimas consecuencias el “Juego desinteresado del pensamiento” y fundaron su arte sobre la realidad superior de ciertas formas de asociación descuidadas hasta entonces. Con respecto a los simbolistas, Paul Valery pudo decir con mucha justicia “La Estética los dividía, la ética los unía” para los surrealistas, es preciso volver a inventar la estética y se dedicaron a esa tarea con resolución. Pero al principio, entre ellos, la ética fue un factor poderoso de unión, puesto que, si bien es cierto que el surrealismo no se ha presentado nunca como escuela de literatura o arte fue para muchos una escuela de vida. Georges Malkine es uno de los ejemplos más perfectos de ese surrealismo vivido. Malkine, firme e independiente, se mantuvo un poco apartado de las actividades colectivas, cuando el movimiento tomó forma de grupo y dotado este de una armadura dogmática, dominaba la gama: de poeta, músico y pintor. Jean Arp, fue uno de los principales animadores de Dada, en Zurich y Colonia, no es solo uno de los principales poetas contemporáneo en lengua alemana sino también uno de los que, en nuestro tiempo, orientaron la escultura en direcciones desconocidas hasta entonces. Hablando de Jean Arp, Max Ernst puedo escribir: “ Arp Atral y refleja los rayos más secretos, los más reveladores del universo...sus formas nos transportan al tiempo de los paraísos perdidos”. De hecho, la visión infantil de Jean Arp, servida por una seguridad infalible de la mano, nos transporta a la fantasía de un mundo prenatal o a la aurora del ser, donde surgen los primeros deslumbramientos. Ha esculpido o puesto de relieve, ombligos, bigotes, pecheras, formas femeninas que aparecen nacidas de una almohada de nubes, etc. Este rechazaba todo lo que fuera copia y descripción, para dejar así que lo elemental y espontáneo reaccione con entera libertad. Max Ernst, fue su amigo más antiguo después de fundar dada-colonia, en 1918. El surrealismo estaba en el, como una disposición innata, lo encarnó durante toda su vida y su obra es sin duda, el ejemplo más elevado de fidelidad a las exigencias espirituales de ese movimiento. Max Ernst, su obra en una porción considerable, es fruto de una iluminación que se manifiesta como una visión. Según sus propias palabras en los momentos de descubrimiento, se produce en él una irritación de las facultades visionarias”, provocando el nacimiento de imágenes que parecen combinar la angustia de las pesadillas y los recuerdos de cierta prehistoria del ser. Pero, en ese hombre de gran sapiencia, el abandono a las fuerzas pasivas no es nunca tan completo que no se desvié, a veces con una referencia a algún poeta, pensador o artista particularmente afecto, con una punta de humor más cercano, según parece, a la ironía romántica. Ernst, ha recurrido a procedimientos de los más variados, para extraer resultados infinitos: el encolado, el frotado, la calcomanía y todas las formas de montaje y moldeado. Pero es muy raro que emplee esos elementos en estado puro, que no intervengan el dibujo o la pintura, ya sea como punto de partida o como complemento de las obras en que se han participado. La obra de Andrés Masón, se encuentran grandes huellas de confusión increíble de horror, como lo testimonia la estridencia repentina de algunas de sus telas, hechas, se diría como cohetes iluminadores, granadas explotadas, salpicaduras de sangre y criaturas destrozadas, eso asegura que este artista de primer plano no se había recuperado en esa actualidad de la experiencia de la guerra donde combatió como soldado de infantería en las primeras líneas y donde lo hirieron gravemente en el pecho. Este no es un pintor de Batallas, no, no es lo que queremos significar, sino simplemente indicar que, sin duda a causa de la violencia vivida, como experiencia se presentan esos rasgos claramente en casi todas sus pinturas. De 1924 al 1929, Masson dio a la Revolución Surrealista una serie de dibujos automáticos, ejecutados a una velocidad extraordinaria. Con Juan Miro, el Arte Surrealista encuentra un desarrollo importante, según escribió André Bretón (...) franqueo de un salto las últimas barreras que podían ser todavía un obstáculo para la espontaneidad total de la expresión. A partir de entonces su producción da muestra de una inocencia y una libertad que no han sido sobrepasadas. En efecto, hay en la obra de Miro una afirmación tan grande de inocencia que el mismo Bretón, lleno de perturbación, quiso ver en ella “Cierta detención de la personalidad en el estado infantil”. La naturaleza es para Miro un fenómeno total, en el que el mismo se encuentra, pues no va hacia la naturaleza, emana de ella. Yves Tanguy, compartía con Miro el mismo don infantil de asombro perpetuo ante el mundo. De su país de origen, la Bretaña, Tanguy había recibido, sin duda, impresiones muy vivas, de las que siguió impregnado y que surgen a cada instante en su obra, quizás sin que se diera cuenta. Tanguy en su pintura es el reflejo de la conciencia poniendo al desnudo el dominio indescriptible de los deseos más secretos. Como lo escribió Robert Lebel: “Un cuadro de Tanguy, es el Surrealismo congelado en la intimidad irremplazable de un ser”. El arte surrealista, a partir de 1926 con René magritte introdujo una noción que le era desconocida hasta entonces, la rareza de lo vulgar. El poder de desorden de las imágenes de Magritte tiene otros recursos, es el universo familiar, los objetos de su casa y su jardín, las calles vecinas, todo lo que se le ofrece de una manera inmediata y aparente anodina, lo que su meditación ensoñadora transforma en un mundo enigmático, cargado, a veces, de delicias a veces de amenazas. En el origen de esa visión se ejercen firmemente los recuerdos de emociones sentidas durante la infancia. Salvador Dalí, irrumpió en el seno del surrealismo hacia 1929. produjo sensación inmediatamente, tanto por su facundia extraordinaria como por la extravagancia de su apariencia y su comportamientos. Su pintura, de un virtuosismo académico prodigioso. Sorprendente de obsesiones paroxismicas, así como confidencia escabrosa hasta el delirio sicopático, su obra pictórica es un reflejo de ello. Así queda resumido, de manera escueta, lo que aportaron los artistas que presidieron en el nacimiento del surrealismo. Ellos fueron indefectiblemente los iniciadores.

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