domingo, 5 de agosto de 2007

GESTION Y/O ADMINISTRACION DE LO CULTURAL

Hasta no hace mucho los animadores socio-culturales, en la administración de lo cultural se han formado sólo a partir de procesos directamente experienciales y de instancias situadas en el exterior de los sistemas educativos formales. Este tipo de formación era suficiente cuando la tarea de los animadores socio culturales, se definía básicamente en término de voluntariado o en su caso, de una profesionalización sólo incipiente y muy escasa. La extensión progresiva de servicios, instituciones y programas de animación socio cultural ha ido creando la necesidad de incrementar los índices de profesionalización de sus agentes y consecuentemente, también su nivel de capacitación y reconocimiento social y académico. Uno de los conceptos fundamentales, en torno al cual ha girado el discurso teórico de la animación socio cultural como parte importante de la administración cultural, lo ha sido la cultura. Entonces será necesario, por tanto, detenernos en ella antes de referirnos al concepto de animación socio-cultural. La idea de cultura bajo la concepción antropológica se refiere a todos aquellos conocimientos, valores, tradiciones, costumbres, procedimientos y técnicas, normas y formas de relaciones que se transmiten y adquieren a través del aprendizaje. Es además del conocimiento especifico de las artes, las ciencias y las tecnologías, es el modo de vida prevaleciente en una sociedad. Esta consiste, en múltiples formas, en que un pueblo establece un sistema de supervivencia y de convivencia social en virtud de dos tipos de conductas en estrecha y constante relación dinámica: la adaptación al medio en que vive y la transformación de ese medio para ponerlo al servicio de los deseos y necesidades humanas . La concepción de la cultura como creación de un destino personal y colectivo ha de apoyarse en el pasado, pero sobre todo construyendo el futuro. Lo sustancial es que el pueblo sea capaz de expresar sus propios valores enraizados en su condición histórico – existencial y de adquirir la formación fundamental que lo capacite para asumir un rol protagónico en la vida social, cultural, económica y política. Es la información que se transmite socialmente y no genéticamente. En suma, es aquel todo complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, leyes, moral, costumbre y cualquier otra capacidad y hábitos adquiridos por el ser humano en cuanto miembro de una sociedad. Nuestro objetivo es mostrarle como la cultura, moldea nuestro pensamiento, nuestra imaginación y nuestro comportamiento, es una fuente dinámica de cambio, creatividad y libertad que abre posibilidades a la innovación. No es difícil reconocer que en la búsqueda de una ética global, la cultura interviene de muchas maneras. Para comenzar, dicha empresa es en sí misma una actividad eminentemente cultural, que incluye temas tales como quiénes somos, cómo nos relacionamos los unos a los otros y con la humanidad en su conjunto, y cuál es nuestro fin. Estas interrogantes constituyen el núcleo de la cultura, más aún, todo intento de formular una ética global debe inspirarse en los recursos culturales, en la inteligencia de los pueblos, en sus experiencias emocionales, sus memorias históricas y sus orientaciones espirituales. En ese proceso, a diferencia de otros recursos escasos, se vigorizará y enriquecerá, en lugar de consumirse. El análisis histórico de cualquier realidad de la actividad humana en sus expresiones más diversas, exige delimitar en su origen el objeto de estudio. En el caso, la animación socio-cultural es un tipo de acción comunitaria que tiene como propósito principal promover en las personas y los grupos una actitud de participación activa en el proceso de su propio desarrollo. Abarca una gama muy amplia y diversa de intervenciones, programas e instituciones, tales como centros cívicos, casas de cultura, clubes populares, programas de dinamización cultural, fiestas patronales y/o populares, etc. El considerable auge de este ámbito socio-educativo ha experimentado durante las últimas décadas, y auspiciado bien sea por las políticas públicas de bienestar social o bien por iniciativas surgidas directamente por la sociedad civil, han dado lugar a un importante número de agentes socio-culturales. El término animación socio-cultural puede considerarse relativamente nuevo, que surge con gran fuerza en la dinámica social. Hace tan solo unas décadas que intentamos acercarnos a ese campo de trabajo por considerarlo relevante para la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y como una herramienta privilegiada para el cambio social. La vida, como de costumbre, ha ido por delante formulando reclamos y así mismo la práctica nos ha ido planteando cuestiones, ha realizado demandas a las que se ha intentado responder desde diferentes niveles sociales, culturales y educativos. Pienso que es bueno reiterar que el término animación socio-cultural es relativamente nuevo, más no así su acción socio-cultural, ya que han existido diversas muestras de esta vertiente en la práctica de los clubes barriales, partidos políticos, universidades y hasta podemos remontarnos al período de la conquista de la independencia nacional, con ejemplos de sociedades como la Trinitaria y la Filantrópica. De ahí que la animación socio-cultural no es solamente una técnica socio-pedagógica para ser utilizada por los trabajadores de la cultura, sino también un instrumental cotidiano de lucha para los sectores oprimidos de la sociedad. La cultura en su múltiples manifestaciones de política social, de lucha contra la pobreza, de promoción de los valores de la identidad nacional constituyen una base para la nacionalidad y resulta indispensable para el logro de este propósito la incorporación y participación de la gente en las actividades de la cultura como prioridades nacionales propias de la sociedad dominicana. Es precisamente la gente, la principal materia prima del proceso educativo y cultural que lamentablemente no se ha tomado en cuenta su desarrollo sistemático dentro de una planificación cultural que haga de ese ente un ser completo y dinámico, con ideas precisas de su propio entorno, de sus valores y características socio – culturales. La pérdida de aspectos esenciales de la identidad cultural, el rápido proceso de inversión de valores esenciales a través de una acelerada transculturación, la falta de fe en las personas, en el grupo, en la acción organizada y en la viabilidad de un proyecto auténticamente nacional hace de la animación socio-cultural una necesidad. Entonces, promover una cultura de participación, de energía creadora vinculada a la edificación de una nueva sociedad se constituye en un impostergable reto para el gestor y/o animador socio-cultural de hoy. En una gestión cultural global, en el proceso gerencial, ciertamente se asocian con la acción de liderizar y dirigir iniciativas a partir de la armonización de la planificación, de la organización y de la evaluación. Estos tres subprocesos consisten en : 1° Planificar, que es ver la realidad, visualizar sus posibilidades y establecer las acciones para reducir la brecha entre lo que se es y lo que se desea ser. 2° Organizar, que comprende dividir el trabajo, definir responsabilidades y asignar recursos. 3° Evaluar, que significa precisar indicadores de calidad, mantener un continuo seguimiento para reordenar en la marcha, si fuese necesario. Los tres en el fondo, responden a ideas análogas, como son la capacidad de influir en los demás, la facilidad de lograr ayuda y la potencialidad de comprometer a la gente en favor de la misión, visión y valores de una empresa. Pues como puede advertirse la estrategia es sumamente fundamental en los planes de la gestión, ella nos induce a donde vamos, qué necesitamos y como lograrlo. Para el teórico Ezequiel Ander-Egg, la participación cultural que promueve la gestión y/o animación socio cultural no es un lujo o una simple actividad adicional, se trata -según establece- de una tarea fundamental para que cada hombre del pueblo sea capaz de: informarse, para poder tener la visión y conciencia personal de su situación social, cultural y política. Situarse, para comprenderse y comprender, tomar posición frente a la realidad, movilizarse, organizarse, acceder a la cultura, no sólo en sentido de adquirir saberes, sino también como asunción de un estilo de vida. El desafío que tiene ante sí la humanidad es adoptar nuevas formas de pensar, actuar y organizarse en sociedad, en síntesis, nuevas formas de vivir. Es indudable que la clave para un cambio positivo, reside en los valores que escojamos y que determinarán nuestro comportamiento, entonces desarrollemos una ética global que pueda ser igualmente aplicada a todos los que participamos en interés de servir a nuestra sociedad, aceptando un conjunto de valores y responsabilidades comunes. Para los fines de este trabajo consideramos provechoso enunciar algunos de los valores humanos más importantes que deben estar presentes en los activistas, gestores y/o animadores comunitarios. Decalogo de Valores para el Activista, Gestor y/o Animador Cultural Comunitario. 1° Respeto por la persona: Que es respetar sus derechos, su dignidad y valores, así como destacar la necesidad de respetar el derecho a opinar y a que su opinión sea respetada. 2° Responsabilidad: Esto significa asumir los compromisos, llegar hasta el fin en el cumplimiento de las tareas y quehaceres inherentes a las funciones que desempeñamos independientemente de las dificultades. Nunca debemos decidir tomar responsabilidades con un espíritu alegre o de ligereza. Debemos siempre pensar en las consecuencias de nuestras responsabilidades. También es parte del sentido de responsabilidad saber decir no cuando hay que decir no, y sí cuando hay que decir sí. La actitud de firmeza en la responsabilidad debe tener como base la fuerza de la razón. 3° Lealtad. Esto es cuando se es constante en la identificación o compromiso con una persona, causa, ideal, institución o propósito, no importando las dificultades, tiempo y consecuencias. Sentido de la fidelidad a toda prueba. 4° Honestidad. Cualidad de honesto, sinónimo de decoro, síntesis de múltiples valores morales. No puede haber honestidad donde no existe integridad, franqueza, lealtad, responsabilidad, honradez, etc. Se es honesto cuando se actúa consecuentemente en apego a lo que se cree, pues el honesto llama al pan, pan, y al vino, vino, por su nombre aunque la franqueza le derive consecuencias desfavorables. La honestidad obliga actuar conforme a lo que se cree. 5° disciplina y puntualidad. La disciplina es un valor positivo y nos asegura efectividad y consistencia en las relaciones de trabajo, y en las relaciones humanas en general. El concepto disciplina nos remite a "orden", "obediencia", pero no sobre la base de la intimidación o la fuerza. Hablamos de una disciplina que se asume conscientemente. En lo concerniente a la puntualidad es imperioso que se produzca un orden, una disciplina en los horarios, para que las actividades y funciones más variadas en la sociedad o comunidad, opere con eficiencia. La cualidad de estar a tiempo, de llegar en el momento preciso, no sólo prestigia a quien la posee, y nos hacen aparecer como personas confiables, responsables y respetables. También la puntualidad nos permite un mejor aprovechamiento del tiempo y el respeto por los demás. 6° Libertad. Es uno de los supremos valores humanos y sociales más importantes de la humanidad. La libertad es el derecho para cuestionar lo que se nos presenta en términos absolutistas. Ella es una precondición para la creatividad y la originalidad. La libertad es verdadera cuando nos liberamos de la ignorancia y la opresión. 7° Cooperación y solidaridad. La cooperación no es sólo una relación técnica para producir más y mejor, sino fundamentalmente un valor moral que nos aconseja practicar la relación, la colaboración o ayuda hacia los demás La cooperación con los demás debe tener un carácter de promoción y animación social auténtica, no debe tener un carácter paternalista. Así mismo, la solidaridad constituye uno de los valores sociales más elevados de la humanidad. Asistir, socorrer a quien se encuentra en estado de apuros o necesidades es una de las conductas a la que no ha podido sustraerse el ser humano a través de la historia. 8° Constancia. "En la constancia está el triunfo", "Quien persevera triunfa". En estas dos frases se puede recoger la dieta fundamental de que para vencer hay que persistir. De ahí que los planes que asumimos deben ser bien pensados y para que los planes tengan consistencia deben ser formulados en base a ideas claras, pues si pensamos darnos un plan, ante todo debemos tomar conciencia de su importancia y la real necesidad que tenemos de despegarlo. 9° Respeto a la decisión mayoritaria. Para que los distintos grupos humanos puedan funcionar, conservar su unidad, y superar sus incompatibilidades tienen que regirse en base a un criterio sabio y justo: el respeto a la decisión de la mayoría. Decidir en base a la mayoría es lo democrático, como democrático es respetar el resultado de la opinión de la mayoría! 10° Orgullo Patrio. Juan Pablo Duarte, el más noble de todos los dominicanos, Padre de la Patria, decía: "Vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor". No tener patria es como no tener identidad más allá de los mares y las fronteras. Es no tener cantos heroicos que entonar, ni memorias históricas, ni tradiciones. La patria es el terruño querido, es la casa grande que nos ha visto crecer. Es donde aprendemos nuestra cultura y nuestra lengua, y donde se han dado nuestros sueños más altos, nuestras penas y alegrías. El orgullo patrio es el amor por los recuerdos y factores que nos identifican. Orgullo por nuestras tradiciones, por nuestro folclor, en suma, por nuestras raíces. Nuestro camino es largo. Todavía no hemos aprendido a respetarnos plenamente, ni a compartir ni a colaborar. Este momento realmente extraordinario de la historia requiere soluciones de excepción. Dice Ezequiel Ander-Egg, en lo referente a la confianza con la gente "Quien no cree en las personas y sus posibilidades de transformación y crecimiento, quien no tiene esa fe y esa confianza, difícilmente puede ser animador comprometido y militante", y agrega "Uno muere sin ser difunto, cuando pierde las razones para vivir", por lo que el animador debe de tener confianza en que todas las personas, aun aquellas que están en condiciones infrahumanas, poseen capacidad para levantarse y salir de su situación; y que si no lo hacen es por falta de orientación y porque no encuentran razones para hacerlo. Requerimientos y Funciones La perdida de aspectos esenciales de identidad cultural, el rápido proceso de inversión de valores esenciales a través de una acelerada transculturación, la falta de fe en las personas, en el grupo, en la acción organizada y en la viabilidad de un proyecto auténticamente nacional hace de la gestión y/o animación socio-cultural una necesidad. Es por ello que se requieren gestores y animadores con: - Mística y vocación social: esto es convicción, responsabilidad y sentido de servicio a los demás. - Confianza en la gente: saber que la gente tiene capacidad para salir de su situación y hacerse protagonista de su propio desarrollo y su comunidad . - Donimio de técnicas y procedimientos : o sea técnicas de comunicación de masas, periodismo, recursos audio-visual, etc. - Capacidad o habilidad de motivar: condición necesaria para quienes trabajan con la gente, para el logro de los propósitos . - Madurez emocional: Esto implica poseer la capacidad de actuar equilibradamente, con un espíritu sereno antes las presiones . - Capacidad para vencer dificultades: con la tenacidad, fortaleza y perseverancia romper los obstáculos y dificultades para el logro de los objetivos propuestos. - Estimular y fortalecer el desarrollo de la cultura e identidad nacional. - Promover y difundir la cultura nacional, valorizando los elementos de la identidad nacional presentes en la cultura popular. - Realizar encuestas y posteriores estudios para detectar necesidades, demandas e intereses de la comunidad como paso previo al diseño, planificación y ejecución de un programa de acción comunitaria etc. -Desarrollar la animación socio-cultural como estrategia participativa en el proceso de construcción de conocimientos significativos para la formación de sujetos comprometidos críticamente en el desarrollo comunitario. -Contribuir a mejorar la calidad de la vida de cada sujeto, de su barrio o comunidad y toda la sociedad. -Diseño, planificación y ejecución de programas de acción comunitaria relacionadas con: revalorización y/o preservación de sitios de interés histórico, social o cultural locales. -Realizar actividades de formación y capacitación: talleres multidisciplinario, aportando contenidos y modificando actitudes en las personas. -Realización de estudios de situación, para implementar proyectos de transformación, apoyado en la investigación como procedimiento a través del cual se recopila, analiza y ordena informaciones sociales, para traducirlas en valor cultural elaborado. -Actuar como catalizador en la animación global de la vida comunitaria, ya sea iniciando el proceso cultural o dándole continuidad este. -Promover y orientar grupos de acción y de reflexión. -Promover la participación concertada con la gente, procurando aprovechar al máximo el potencial individual y colectivo para la solución de los problemas comunes. -Programación de actividades y elaboración de planes globales, así como proponer iniciativas que puedan transformar la situación socio-cultural. -Proyectar manifestaciones artísticas de naturaleza popular de la comunidad, así como establecer vínculos con los artistas, grupos, y asociaciones locales del país. -Controlar y medir resultados.

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