MIS REFLEXIONES A PROPÓSITO DE LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL PADRE ESTE ÚLTIMO DOMINGO DEL MES EN REPÚBLICA DOMINICANA.
Como padre
nunca he esperado incondicionalidad, solo me planteo ver las cosas de esta manera:
SI TE OCURRE
ALGO BUENO A TI, ME OCURRE TAMBIÉN A MI.
Como todo en la
vida, se recoge lo que se siembra.
El padre es
lógico que trasmita a sus hijos lo que él considera valores, ideales, la
verdad, el bien, lo correcto, la virtud, la honradez, la servicialidad, la
responsabilidad, No para oprimir al niño o niña, sino para ayudarle, para
educarle, en su propio bien.
Los padres son
los primeros educadores.
El padre tiene
obligación de corregir, pero para esto necesita estar informado de lo que pasa.
No exagerar las cosas.
Quien sabe
amar, sabe corregir, negar, conceder y premiar.
El amor que
consiste sólo en dar gustos, tolerar caprichos, y dejar sin sanción las culpas,
es un amor equivocado.
Está comprobado
que el niño que es bien aceptado por sus cualidades personales, tiene un gran
porcentaje de probabilidades de una buena maduración psicológica en el futuro.
Hay que tener tacto para corregir con eficacia.
El amor debe
estar por encima de las travesuras.
El estímulo es
más eficaz que la represión, pero su eficacia será mayor si el hijo está
acostumbrado a que se le reconozca la obra bien realizada, y se le aplaude el
esfuerzo realizado, aunque no siempre estos esfuerzos hayan sido coronados por
el éxito.
Un elogio
correcto, justo, oportuno, estimula y educa para el bien.
Los padres
nunca terminamos, y cuando así parece, entonces pasamos a ser abuelos y que
bueno.
Siempre es
posible relanzar e intentar futuros diferentes, porque siempre habrá personas
que seguirán soñando por lo que no es y podría ser.
Jfjs.
Julio 2021
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