jueves, 25 de julio de 2019

MIS REFLEXIONES A PROPÓSITO DE LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL PADRE ESTE ÚLTIMO DOMINGO DEL MES EN REPÚBLICA DOMINICANA.





MIS REFLEXIONES A PROPÓSITO DE LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL PADRE ESTE ÚLTIMO DOMINGO DEL MES EN REPÚBLICA DOMINICANA.
Como padre nunca he esperado incondicionalidad, solo me planteo ver las cosas de esta manera:
SI TE OCURRE ALGO BUENO A TI, ME OCURRE TAMBIÉN A MI, PORQUE AMO SIN ESPERAR NADA A CAMBIO.
Como todo en la vida, se recoge lo que se siembra.
El padre es lógico que trasmita a sus hijos lo que él considera valores, ideales, la verdad, el bien, lo correcto, la virtud, la honradez, la servicialidad, la responsabilidad, no para oprimir al niño o niña, sino para ayudarle, para educarle, en su propio bien.
Los padres son los primeros educadores.
El padre tiene obligación de corregir, pero para esto necesita estar informado de lo que pasa. No exagerar las cosas.
Quien sabe amar, sabe corregir, negar, conceder y premiar.
El amor que consiste sólo en dar gustos, tolerar caprichos, y dejar sin sanción las culpas, es un amor equivocado.
Está comprobado que el niño que es bien aceptado por sus cualidades personales, tiene un gran porcentaje de probabilidades de una buena maduración psicológica en el futuro. Hay que tener tacto para corregir con eficacia.
El amor debe estar por encima de las travesuras.
El estímulo es más eficaz que la represión, pero su eficacia será mayor si el hijo está acostumbrado a que se le reconozca la obra bien realizada, y se le aplaude el esfuerzo realizado, aunque no siempre estos esfuerzos hayan sido coronados por el éxito.
Un elogio correcto, justo, oportuno, estimula y educa para el bien.
Los padres nunca terminamos, y cuando así parece, entonces pasamos a ser abuelos y que bueno.
Siempre es posible relanzar e intentar futuros diferentes, porque siempre habrá personas
que seguirán soñando por lo que no es y podría ser.

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