
Este forjador de paradigmas transformó la enseñanza dominicana a finales del siglo XIX con la armaduras de sus ideas, con el pensamiento mas avanzado de su época, con los reclamos permanentes a la superación personal y colectiva de una comunidad degradada, flagelada por el tirano de turno en la orgia perpetua de la barbarie.
En los fundamentos hostosianos de nuestra escuela están aun las claves imperturbables de la generación social y humana del pueblo dominicano.
Maestro, no te hemos olvidado, tu recuerdo vivo, tu imagen vigorosa e insepulta aun proclama tus ideas y enseñanzas necesarias, porque el hombre aun, no ha cambiado en sus acciones e intereses. Nunca mas que hoy se hace necesaria tu presencia, la presencia de tus ideas en este absurdo tiempo que vivimos.
Con este corto texto queremos agradecerte tu generosidad sin limites por los conocimientos que ayer nos entregaste.
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