Vivamos donde vivamos, parece que cada día se cometen más delitos atroces. Millones de personas viven en constante temor a causa de la delincuencia galopante.
Habrá solución para este entorpecedor problema o por el contrario tendremos que rendirnos sin esperanzas?
También parece obligatoria la pregunta, son efectivos los métodos disuasivos aplicados por las autoridades, como: sanciones más severas, penas privativas de libertad ?, Reforma a las cárceles y tratamientos a los delincuentes ? y lo que es más importante, esta la sociedad empoderada en el combate a la raíz del problema ?
Refiriéndose a las medidas que se adoptan con el objetivo de contener la delincuencia, es bueno significar que las cárceles se constituyen en escuela de post-grado, pues estas le ayudan al malhechor a refinar su comportamiento anti-social.
En esta lluvia de ideas, quiero significar que el delincuente lo es por dos o mas razones, lo son: por elección propia (por la forma de pensar del sujeto) y por el medio ambiental ( el medio ambiente determina la conducta).
Todo ello, a sabiendas de que la conducta es principalmente el resultado del pensamiento conformado, pues todo acto va precedido, acompañado y seguido del pensamiento. Entonces los delincuentes más que víctimas, son victimarios que han elegido libremente su forma de vivir, es verdad que la extrema pobreza lleva a muchos seres humanos a delinquir, empero ello no justifica dicha conducta, miles de millones de personas luchan a diario contra la injusticia social y la pobreza, en condiciones infrahumana y sin embargo no han caído en la mala práctica de la delincuencia.
En países como los nuestros de escaso desarrollo económico y cultural, el delito es una de las carreras de mayor elección por los jóvenes que viven en el casco urbano y zonas marginales de la misma, porque estos aspiran a una mejor vida o bienestar, amadores al dinero, a los placeres y a la gratificación instantánea.
Lamentablemente, dichas actitudes se ven fomentadas por los malos paradigma o modelos de conducta que son proyectados por los diferentes medios de comunicación que favorecen el crecimiento del delito.
Con todo y eso nadie tiene que sucumbir a tales influencias, que alguien sea delincuente no significa que este condenado a serlo por toda su existencia, este puede cambiar su actitud y elegir la vía de aprender a vivir con responsabilidad.
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