Publicado por la Revista Extensión, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en agosto de 1982.
El desarrollo constante de la ciencia y la técnica ha traído consigo la asombrosa ampliación de los medios de comunicación en todos los ordenes. Cualquier hecho que se produzca por lejano que sea es rápidamente conocido gracias a la radio, el periódico, la televisión, etc. y es que estos medios de información y comunicación acortan las distancias entre los seres humanos y pueden contribuir a combatir los males, y a resolver los problemas de la sociedad, a impulsar el desarrollo de la cultura y el progreso.
En la medida en que se respondan a estos propósitos y contribuyan a su logro es que un órgano de comunicación puede considerarse a la vez, vocero y esclarecedor de la opinión publica.
Empero, así como dichos medios de difusión constituyen innegablemente una muestra fehaciente de los logros alcanzados por el hombre en el saber científico, así mismo estos medios también han representado para la humanidad peligros inconmensurables. Pero sea cual fuere su condición y las motivaciones de su aparición, las consecuencias de los que dicen sus ondas sonoras y paginas son enormes.
A través de los diversos medios de comunicación es que la colectividad social se forma un criterio, una opinión de lo acontecido en cualquier parte del globo terráqueo, y es por ello que la opinión publica es el conjunto de opiniones, juicios, conceptos, apreciaciones, puntos de vista que acerca de diferentes aspectos de la vida del pueblo y del Estado reina en la sociedad en sus diferentes capas y clases. Ninguna frase de la vida humana, colectiva o individual, particular, estatal y social, pasa inadvertida a la opinión publica, no escapa a su atención.
Todos los problemas de la política y la economía como los de la vida cotidiana y de la moral, son examinados con igual interés por la opinión publica y acerca de ello pronuncia su veredicto sobre el acontecer.
Creo que es harto conocido que la formación de la opinión publica depende fundamentalmente de la prensa, la radio, la televisión y el cine, ya que esos medios tiende o contribuyen a preservar el estado de cosa, así como a crear nuevas leyendas, mitos y necesidades. De donde se colige que la opinión publica como fenómeno social se encuentra en estado de dependencia de dichos medios de comunicación masiva .
A sabiendas de ello, es que la clase dominante pone al servicio de sus intereses esos medios con lo cual logra, como dijo Carlos Marx, que las ideas de la clase dominante, en cada época, sean las ideas dominantes.
Así pues, de esa manera, la opinión publica queda formada a imagen y semejanza de las tendencias ideológicas de la clase dominante.
En la sociedad capitalista no existe ningún medio de comunicación masivo apolítico, al margen o por encima de las clases. En la sociedad de clases no hay medios que estén al margen de la lucha política, que se encuentre por encima de las clases. Reiteramos que en esta sociedad, esos medios masivos reflejan obligatoriamente los intereses de una clase determinada, defiende y propaga sus puntos de vista, y es que la burguesía se vale e ello para defender sus privilegios, para proteger su régimen, para luchar por la explotación impune y descarada de la clase obrera, de todas las masas trabajadoras, por el " derecho"al saqueo colonial, por la conservación del sistema capitalista.
Todos los pensamientos, anhelos y actividades de la " gran prensa " están encaminados hacia un solo fin : conservar las relaciones de producción capitalista, sostener sus posiciones en la lucha contra el nuevo sistema que indefectiblemente le sustituirá: el socialismo.
Si todos los pensamientos, anhelos y actividades están encaminados hacia un solo fin, si son unánime en su finalidad al capitalismo, ¿ como explicar entonces la existencia en cada país capitalista de esa enorme variedad de medios de comunicación perteneciente todos ellos a la clase dominante?
La explicación radica en que los periódicos, como los demás medios de expresión y difusión del pensamiento son utilizados por diferentes grupos de la burguesía, por diversos partidos, que persiguen intereses específicos en el marco del régimen capitalista. Los latifundistas, por ejemplo tienen sus intereses particulares, que no coinciden con los capitalistas industriales, etc. Esta es una parte de la respuesta. La otra es que cada medio de difusión se orienta de acuerdo con el publico receptor de su interés y se las ingenia en la búsqueda de argumentos para influir sobre el perceptor.
¿ Y acaso los empresarios periodísticos no deciden sobre que y de que manera informan o des informan a sus lectores ?
Los medios de comunicación ejercen una enorme influencia sobre la opinión publica y casi nadie se atreve a poner en tela de juicio la autoridad de la letra impresa, o los mensajes radiales, o la imagen en movimiento que se proyecta en la televisión etc. y no exageramos su papel, analicemos los argumentos con lógica.
La colectividad social para evaluar los acontecimientos y fenómenos de cualquier esfera de la vida, deben conocerlos, recibir información, noticias, etc. y estas deben ser objetivas y verídicas.
Empero, no es así como se comportan los periódicos y medios de comunicación burgueses, obligados por su dependencia de los consorcios capitalistas a enfocarlo todo desde la óptica de su patrono.
A grandes rasgos, las funciones de la comunicación de masas consisten en orientar y entretener. Pero lo que no debe perderse de vista es que esa orientación y ese entretenimiento que proporcionan los medios de comunicación no están al margen del interés clasista del grupo que controla dichos medios.
La orientación constituye una forma de dominio político y a través del entretenimiento y la diversión son muchos los mensajes que casi imperceptiblemente se deslizan con la finalidad de fijar en nosotros valores del status quo.
Es significativo señalar que los libros, revistas, cine, teatro, poesía, pintura y música ejercen una influencia indiscutible en la formación de la opinión publica, inculcan ideas y gustos determinados, sin embargo, no posee rapidez de acción.
Es de capital interés no olvidar que la cultura concebida como una totalidad orgánica, integrada por la infra y superestructura contienen todos los valores de la clase dominante y en consecuencia la transmisión de la cultura, no es mas que la trasmisión de los valores culturales impuestos por esa clase a todo lo largo y ancho del discurrir histórico.
Desde luego,sin negar que los sectores populares y progresistas también son capaces de elaborar sus propios valores culturales y enfrentarlos a los de la clase dominante desde una óptica anti-imperialista y anti - capitalista, en contra de la explotación económica, la opresión política y la enajenación cultural, por la liberación y el progreso.
La voz popular se escucha en los mítines, asambleas, congresos , en las conferencias de agrupamientos políticos y sindicales, etc,. De tal modo, la opinión publica, que no tiene base jurídica formal, influye y puede, a pesar de todo, presionar sobre el poder oficial del Estado, y obligarlos a derogar algunas medidas que le resultan odiosa a los intereses del pueblo.
Hay que prestar suma atención al desarrollo de los diferentes medios de comunicación, indicando la necesidad de elevar su papel en la lucha por el triunfo del nuevo régimen social, como instrumento de reeducación de las masas, para organizar, en las nuevas condiciones, una nueva actitud hacia el trabajo y la vida.
jfj.
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